Desde este miércoles y hasta el domingo en el Teatro Neptuno, el actor que se quedó con un Estrella de Mar de Oro vuelve a proponer una historia de humor universal. Los comienzos, la producción y la energía con el público.
“Esta es una nueva vuelta, porque tuvo tantas vueltas el espectáculo”, admitió el actor Nicolás Vázquez sobre el regreso de “Una semana nada más” a Mar del Plata. Desde este miércoles al domingo que viene, la obra será parte de la nutrida cartelera de obras que propone la ciudad de cara a la Semana Santa. Se la podrá ver estos cinco días a las 21 en el Teatro Neptuno.
Además de pasar por Mar del Plata, la sit com exitosa que protagoniza junto a Gimena Accardi y Benjamín Rojas está a punto de iniciar un tour por cerca de diez ciudades argentinas y tiene chances de llegar a Israel en octubre, para volver a Buenos Aires y despedirse.
A Mar del Plata, el trío de actores llegará con las ganas de completar las funciones que no pudieron realizar el verano pasado, después de que Accardi sufrió un accidente casero que la obligó a suspender todo. Ya recuperada, vuelve con la misma energía.
A pesar de las interrupciones que sufrió la obra, incluídas la pandemia y la cuarentena de teatros cerrados, cada vez que volvió a escena el fenómeno se produjo nuevamente y un público ávido de risas llenó el teatro.
“En realidad, el humor que hago en Una semana nada más es un humor universal, si ves una película americana lo vas a encontrar y si ves una película argentina lo vas a encontrar -definió a LA CAPITAL en un alto del viaje hacia Mar del Plata-. En esta obra nos toca hablar de lo escatológico porque uno de los personaje tiene hemorroides y eso te da pie a jugar con la escatología. Y la diferencia de cualquier comedia acá es el tempo, porque no es naturalista y en ningún momento te podés relajar, lleva mucho entrenamiento y concentración. Creo que es una de las armas letales de la obra, nunca dejar descansar al espectador de la risa”.
-¿Te ves en algún momento cambiando el rumbo para empezar a hacer otra clase de humor?
-Sí, seguramente, no ahora porque me hace muy bien este tipo de espectáculos y al público también, y además porque siento que no llegué al techo con este tipo de espectáculos. No veo lejos estar produciendo una comedia dramática o un drama o una obra de texto, lo que pasa es que en este momento soy tan feliz con la comedia y la devolución del público que, te soy sincero, no se si disfrutaría, hasta me aburriría hacer otra cosa. Creo que todavía no está el techo, creo que se puede seguir aprendiendo.
-¿Cómo llegás a la producción de tus propios espectáculos, una tarea que no es sencilla?
-Toda la vida lo hice desde las sombras. Siendo adolescente me produje siempre mis espectáculos, pero bueno no me quedaba otra. Era un arma para poder salir adelante, no quedaba en los casting, no trabajaba como actor profesional y mi manera de poder sobrevivir también era a partir de hacer mi espectáculo. Por ejemplo, “Mutando” empezó en la calle, a la gorra y con esa gorra pagaba el alquiler, comía, después empezó a hacerse en boliches y un día llegó a hacerse en el teatro profesional. Yo soñaba con producir comedia pero eso era super lejano. Con los años, el oficio y al estar en tantas obras un día dije ya no quiero estar en las sombras como productor, quiero firmar, y poner mi propia marca. Me animé con “El otro lado de la cama” y ahora con este espectáculo.
-¿Cómo es eso de que no quedabas en los castings?
-Con el diario del lunes decís ‘Guau, hay mucho recorrido’. En mi caso empecé haciendo castings para publicidad, para cine y algunas veces quedaba, otras veces no, a veces quedaba en el final y perdía después y eso me frustraba. Me hacía un montón de preguntas. A veces no daba con el phisique du role, y además en una edad en la que estás creciendo desde todo aspecto. Para mi fue un aprendizaje absoluto. Todo el recorrido hizo que lo pueda usar en lo que estoy haciendo hoy, sobre todo cuando armo equipos, cuando tengo que agradecer. Eso es lo importante: llegar se llega, mantenerte es más difícil y complicado. Recordar mis comienzos me hace reafirmar el camino y te juro que me emociona.
-Se advierte desde la platea que el público te adopta, te elige, más allá de los proyectos teatrales que traés.
-Mirá, vengo de desayunar y lo único que hago es saludar gente que me dice cosas lindas y terminé desayunando con una señora que estaba en la mesa de al lado, charlando de la vida y yo contándole mis cosas y no nos conocíamos. Eso pasa cuando el público te siente cercano. Y a mi me pasa lo mismo, soy super sociable, no es algo que me pese, es una energía que yo agradezco, desde siempre y soy como era de adolescente en mis espectáculos, termino hablando con el público, es una forma de agradecerles. Yo tenía 22 años, terminaba y hablaba con el público. Es algo que tiene que ver con mi marca. Me me hace muy bien esa energía y algo debe haber.